jueves, 7 de marzo de 2013

HACIA UNA VERDADERA TRANSFORMACIÓN UNIVERSITARIA



Las ideas fundamentales expresadas en el Primer Foro Mundial por la Transformación Universitaria, en la cual destacados participantes; como la Ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria de Venezuela, Dra. Yadira Córdova,  El Vicepresidente del Observatorio Internacional de Reformas Universitarias e Investigador de la Universidad Central de Venezuela Rigoberto Lanz,  Juan Carlos Tedesco, Ex-Ministro de Educación de Argentina; Álvaro García Linera, Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia; Emir Sader, Secretario Ejecutivo Adjunto del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Moacir Gadotti, Presidente del Instituto “Paulo Freire” de Brasil,  brindaron aportes significativos para ahondar en lo que el pueblo y la sociedad demandan en materia de educación universitaria.
Todos concluyen en la importancia de adelantar una profunda transformación a la educación universitaria en los pueblos del mundo. Y en especial los de América Latina.
 Se reflejó en el foro que la transformación universitaria debe orientarse a la vinculación de la universidad con las necesidades del pueblo. Esto permitirá intercambiar distintas visiones en torno a lo que debe ser la universidad y su relación con la sociedad y con la capacidad productiva. La universidad debe contribuir a la solución de los problemas del pueblo pues sólo así se logra entrelazar la necesaria relación pueblo-universidad.
Debe estar vinculada a la creación de sociedades más justas, enmarcada en la necesidad de los pueblos, entender las demandas populares, estar al servicio de estos. Evitar en nuestras universidades el desencuentro en su propio sistema, entender que la sociedad es cambiante, producir el encuentro entre la sociedad y el conocimiento. Para transformar es necesario participar, se necesita la relación con la sociedad, por ello la importancia de la educación popular, la universidad no puede quedarse en las elites.

La educación universitaria debe entrar en el debate para su transformación a fin de canalizar su capacidad formadora y creadora de valores culturales de los pueblos para el cambio.

Las universidades deben asumir la formación humana integral en sus diferentes dimensiones: en la perspectiva de superar el activismo instrumental, el funcionalismo reduccionista, salvaguardar la complejidad y la creación de innovaciones sociales. Impulsar el Poder Popular, garantizando el derecho de todos a una educación universitaria de calidad.
 La educación universitaria debe ser un bien universal, sin discriminaciones de género, raza, cultura, socioeconómicas, de edad o de discapacidad física. La Universidad debe constituirse como un espacio accesible a todos y contribuir a construir una sociedad de iguales, eliminando toda forma de discriminación. Extender la cobertura de la matrícula a toda la población, con énfasis en las poblaciones excluidas, así como los accesos al conocimiento para universalizar la educación universitaria con pertinencia.
Fortalecer la investigación en el proceso educativo, que esta se conecte con la realidad social, lo que vive el pueblo, lo que siente, lo más  profundo, que se extienda y se desarrolle en la trama social,  que la universidad se pinte de  mil colores, de las necesidades de todos nuestros pueblos y que la investigaciones sean desde su misma realidad, Investigaciones comprometidas y articuladas con las transformaciones que vive nuestra sociedad, y dirigidas a resolver problemas concretos de colectivos y comunidades.
Acrecentar la capacidad de América Latina para avanzar colectivamente,  descolonizarse  mejorar el conocimiento en nuestras rutas históricas, producir conocimientos desde nuestras realidades, fortalecer las redes colectivas  nacionales   que afiancen la realidades culturales de nuestros pueblos. Cada cultura es producto de un mundo de saberes, vivo, actuales, que tiene la capacidad de recolectar estos saberes, descolonizar es conocer el lenguaje, producir conocimiento en función de necesidades sociales.
 El papel de la universidad es primordial, debe impulsar e incentivar la formación docente, promover la participación estudiantil en actividades de la comunidad e incentivar el comportamiento y los valores democráticos. Los académicos, deben renunciar a creer que tienen "las verdades permanentes", la primera necesidad es cuestionar sus propias verdades, y que el proceso de construcción de verdades sea permanente en la universidad transformadora.
Esta no puede ir por un lado y la sociedad por otro, se deben  incorporar los múltiples saberes  a la calle,  los cambios del estado pueden promover la transformación académica, pero la tarea en sus fortalezas y debilidades es de los profesores y de estudiantes. La confianza mayor hay que ponerla en los estudiantes, porque en ellos es que esta el fluido.
Mantener los procesos democráticos en las universidades, la libertad  como la expresión genuina y auténtica de la verdadera democracia, en donde los espacios existentes se consideran complementarios y no separados y contrapuestos. Se debe vencer la tensión entre la democracia representativa y la participativa, la universidad necesita de la participación permanente para evitar la apatía social. La transformación es urgente y necesaria, pero sabemos que es difícil y sólo se puede dar cuando consigamos dudar de nuestras propias certezas.  La transformación es un hecho natural en el mundo académico, las universidades no se transforman naturalmente ni espontáneamente. "Es la presión de la sociedad es la que la induce”.
Para culminar las ideas fundamentales del Foro se resumen en que “No hay transformación universitaria si no hay, al mismo tiempo, cambios profundos en la forma del pensar de las partes involucradas; sólo podrá darse cuando se consiga dudar de las propias certezas y acabar con las posiciones estáticas y arrogantes. Ella debe nacer sobre todo en el pensamiento de los estudiantes”.

Danyra Pimentel

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