jueves, 7 de marzo de 2013

Necesidades de Formacion Docente.Por: Danyra Pimentel.



PRIMER MOMENTO

SEGUNDO MOMENTO

TERCER MOMENTO

Mi aporte inicial
Retroalimentación
Mi Cierre

Nosotros los profesores universitarios, tenemos necesidades formativas en el día a día de nuestra profesión, ahora ¿qué entendemos por necesidades de formación? Debemos analizar para su comprensión el concepto de “necesidad”, el cual se presenta en cuatro espacios:
1. En la discrepancia, la cual entiende la necesidad como la diferencia entre los resultados deseados y los observados.
2.  En la democrática, la cual entiende como el cambio deseado por la mayoría
3. En lo analítico, considerando la necesidad como la dirección en la que puede producirse una mejora sobre la base de la información
4. En el diagnóstico, como aquello cuya ausencia o deficiencia es perjudicial.
La formación del docente universitario debe ser continua, constituye el conjunto de amplios y profundos procesos teóricos y prácticos investigativos para el desarrollo de conocimientos, habilidades y valores, que posibiliten la  mejor promoción de los graduados universitarios  con alta competencia profesional y capacidad científico-investigativa, técnica y humanista.
 El docente universitario necesita la formación permanente, concebida como un proceso inherente a la práctica y teoría cotidiana, promover la autoformación, proceso esencial por la potencialidad de generar los cambios y transformaciones en el plano interno del  docente y en el contexto donde ejerce su profesión. La formación permanente se contextualiza en la práctica educativa con el grupo de estudiantes y en espacios de reflexión entre colegas. 
En la Formación del docente universitario es importante tener en cuenta estas dimensiones:
1.               Dimensión Pedagógica (incluye actividades enseñanza, orientaciones y valores asociados a una enseñanza de calidad), dimensión profesional (publicaciones e investigaciones).
2.                  Dimensión Intelectual (habilidades profesionales y orientaciones, actividades intelectuales).
3.                 Dimensión Artística y Creativa.


Las “necesidades de formación que se les plantean a los docentes en la educación  universitaria surgen de la necesidad y el compromiso que tiene el docente de capacitar a los estudiantes como futuros profesionales competentes y que reclaman, por tanto las universidades deben adoptar apertura a los procesos abiertos a la  formación,  expectativas, necesidades y problemas de la propia sociedad en donde se encuentran ubicados tanto el alumno como el profesor y la propia institución. “Es evidente que la Universidad del siglo XXI no puede encerrarse en una torre de marfil, sino que, por el contrario, debe ser solidaria con la sociedad, detectar sus necesidades y darles respuesta”. (Laporte 1998).
Dada la complejidad y los riesgos que tiene el mundo actual, necesitamos que el docente universitario facilite a los estudiantes los medios que les permitan integrarse en la sociedad de forma creativa y libre.
Por ello, tan importante como los conocimientos, son las actitudes y las habilidades que logremos desarrollar a través de los procesos de enseñanza, con el fin de que nuestros estudiantes aprendan a conocer, a hacer, a ser y a convivir.
Para cumplir las tareas que se le exigen a la universidad del siglo XXI ser cualificado no sólo dominar los contenidos científicos, sino enseñar aquello que los pueblos y la sociedad  demanda.


 Al realizar mi cierre reflexivo es  determinante señalar que las limitaciones epistemológicas de los modelos actuales  de gestión universitaria, evidencian la necesidad de una reconstrucción teórica que contribuya al perfeccionamiento del proceso de formación  del docente universitario desde su gestión, con un enfoque holístico, totalizador que considere la naturaleza socio pedagógica de dicho proceso. Lo que implica incorporar a la gestión de la formación del docente universitario cualidades que apunten a lo formativo,  importante reconocer las necesidades formativas de los docentes, el desarrollo de proyectos transformadores directamente vinculados con la docencia universitaria y los espacios de encuentro, enriquecimiento, reflexión y reconstrucción cultural donde se comparten los avances y  dificultades.
La potencialidad para la  transformación universitaria  y el cambio educativo en las universidades, siempre que, considere el desarrollo  de las necesidades formativas de los docentes, se podría decir que va en  buena dirección,  así como la prospectiva de los requerimientos de formación de los profesionales que se forman en las universidades. Para cerrar es importante  tener en cuenta que el objetivo de los programas de formación del docente universitario debe ser la construcción personalizada del conocimiento didáctico del contenido. La formación de es un cruce de disciplinas, contextos y métodos, con numerosas alternativas de desarrollo potencialmente eficaces.
Las Instituciones tienen que entender  que cuando diseñen procesos formativos para los docentes universitarios tengan en cuenta  esta actividad como un lugar de encuentro de disciplinas diversas, contextos de enseñanza y metodologías, con la peculiaridad, que el lugar de encuentro va a ser diferente, al menos en alguna medida, para cada docente.    Se debe trabajar por el desarrollo e implantación de propuestas formativas en el marco de una nueva cultura docente, que implique las tareas de enseñanza-aprendizaje y de manera colaborativa  al docente, al estudiante y a las autoridades. Combinar las  acciones formativas, los procesos de investigación y desarrollo de estructuras de apoyo, exige una mayor apertura a nuevas formas docentes, un compromiso con las nuevas tecnologías, un aumento de la capacidad de autocrítica individual y colectiva, mayor autonomía profesional y mayor control social




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