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SEGUNDO MOMENTO
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TERCER MOMENTO
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Mi aporte inicial
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Retroalimentación
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Mi Cierre
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Nosotros los profesores
universitarios, tenemos necesidades formativas en el día a día de nuestra
profesión, ahora ¿qué entendemos por necesidades de formación? Debemos
analizar para su comprensión el concepto de “necesidad”, el cual se presenta
en cuatro espacios:
1. En la discrepancia,
la cual entiende la necesidad como la diferencia entre los resultados
deseados y los observados.
2. En la democrática, la cual entiende como el cambio deseado por la
mayoría
3. En lo analítico, considerando la
necesidad como la dirección en la que puede producirse una mejora sobre la
base de la información
4. En el diagnóstico, como aquello cuya
ausencia o deficiencia es perjudicial.
La
formación del
docente universitario debe ser continua, constituye el conjunto de amplios y
profundos procesos teóricos y prácticos investigativos para el desarrollo de
conocimientos, habilidades y valores, que posibiliten la mejor promoción de los graduados
universitarios con alta competencia
profesional y capacidad científico-investigativa, técnica y humanista.
El docente universitario necesita la
formación permanente, concebida
como un proceso inherente a la práctica y teoría cotidiana, promover la
autoformación, proceso esencial por la potencialidad de generar los cambios y
transformaciones en el plano interno del
docente y en el contexto donde ejerce su profesión. La formación
permanente se contextualiza en la práctica
educativa con el grupo de estudiantes y en espacios de
reflexión entre colegas.
En la Formación del docente universitario
es importante tener en cuenta estas dimensiones:
1.
Dimensión Pedagógica (incluye
actividades enseñanza, orientaciones y valores asociados a una enseñanza de
calidad), dimensión profesional (publicaciones
e investigaciones).
2.
Dimensión
Intelectual (habilidades profesionales y orientaciones, actividades
intelectuales).
3.
Dimensión Artística y Creativa.
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Las “necesidades de
formación” que se les
plantean a los docentes en la educación universitaria surgen de la necesidad y el
compromiso que tiene el docente de capacitar a los estudiantes como futuros
profesionales competentes y que reclaman, por tanto las universidades deben adoptar
apertura a los procesos abiertos a la formación,
expectativas, necesidades y problemas de la propia sociedad en donde
se encuentran ubicados tanto el alumno como el profesor y la propia
institución. “Es evidente que la Universidad del siglo XXI no puede
encerrarse en una torre de marfil, sino que, por el contrario, debe ser solidaria con la
sociedad, detectar sus necesidades y darles respuesta”. (Laporte
1998).
Dada la complejidad y los
riesgos que tiene el mundo actual, necesitamos que el docente universitario
facilite a los estudiantes los medios que les permitan integrarse en la
sociedad de forma creativa y libre.
Por ello, tan importante como
los conocimientos, son las actitudes y las habilidades que logremos
desarrollar a través de los procesos de enseñanza, con el fin de que nuestros
estudiantes aprendan a conocer, a hacer, a ser y a convivir.
Para cumplir las tareas que se
le exigen a la universidad del siglo XXI ser cualificado no sólo dominar los
contenidos científicos, sino enseñar aquello que los pueblos y la
sociedad demanda.
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Al realizar mi cierre reflexivo es determinante señalar que las limitaciones
epistemológicas de los modelos actuales
de gestión universitaria, evidencian la necesidad de una
reconstrucción teórica que contribuya al perfeccionamiento del proceso de
formación del docente universitario
desde su gestión, con un enfoque holístico, totalizador que considere la
naturaleza socio pedagógica de dicho proceso. Lo que implica incorporar a la
gestión de la formación del docente universitario cualidades que apunten a lo
formativo, importante reconocer las
necesidades formativas de los docentes, el desarrollo de proyectos
transformadores directamente vinculados con la docencia universitaria y los
espacios de encuentro, enriquecimiento, reflexión y reconstrucción cultural
donde se comparten los avances y dificultades.
La potencialidad para la transformación universitaria y el cambio educativo en las universidades,
siempre que, considere el desarrollo
de las necesidades formativas de los docentes, se podría decir que va
en buena dirección, así como la prospectiva de los
requerimientos de formación de los profesionales que se forman en las
universidades. Para cerrar es importante
tener en cuenta que el objetivo de los programas de formación del docente
universitario debe ser la construcción personalizada del conocimiento
didáctico del contenido. La formación de es un cruce de disciplinas,
contextos y métodos, con numerosas alternativas de desarrollo potencialmente
eficaces.
Las Instituciones tienen que
entender que cuando diseñen procesos
formativos para los docentes universitarios tengan en cuenta esta actividad como un lugar de encuentro
de disciplinas diversas, contextos de enseñanza y metodologías, con la
peculiaridad, que el lugar de encuentro va a ser diferente, al menos en
alguna medida, para cada docente. Se debe trabajar por el desarrollo e
implantación de propuestas formativas en el marco de una nueva cultura
docente, que implique las tareas de enseñanza-aprendizaje y de manera
colaborativa al docente, al estudiante
y a las autoridades. Combinar las
acciones formativas, los procesos de investigación y desarrollo de
estructuras de apoyo, exige una mayor apertura a nuevas formas docentes, un
compromiso con las nuevas tecnologías, un aumento de la capacidad de
autocrítica individual y colectiva, mayor autonomía profesional y mayor
control social
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jueves, 7 de marzo de 2013
Necesidades de Formacion Docente.Por: Danyra Pimentel.
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